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miércoles, 30 de diciembre de 2009

LEER EN VACACIONES: UN BUEN EJEMPLO DE CAMBIO

Con el nombre "para leer en vacaciones" la revista Cambio presenta una selección de cuentos producidos por los talleres RENATA de Colombia.En este país de bajos índices de lectura y altos índices de queja y crítica es muy sano ver cómo la revista Cambio apuesta por ser parte de la solución. Si la gente no lee tal vez sea porque no sabe qué leer o porque no conoce opciones o porque en su formación inicial no hubo oportunidad de formar el gusto.
Cumple esta revista aquel adagio que reza "la mejor crítica es la acción" y ofrece un panorama de la narativa colombiana, de lo que se escribe en las esquinas y los rincones del país y de las regiones. No son escritores publicados por las grandes editoriales y quiza son mejores que muchos de los consentidos por la prensa y por las casas editoras. Todos ellos asisten una o dos veces por semana a los talleres RENATA y trabajan para escribir, para crear mundos con su material de palabras.
Para la directora del Taller RENATA-Ibagué es una alegría saber que dos de esos talleristas que asisten regulrmente a los talleres patrocinados por la Universidad de Ibagué y la Biblioteca del Banco de la República Darío Echandía fueron seleccionados para que sus cuentos aparecieran en esta antología que , sin duda, además de tener una factura muy bella tiene gran calidad.el año comienza bien para nuestro taller y esperamos que vaya mejor con los meses.
Martha Fajardo Valbuena.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Sobre el asunto de la sublimación y la inmediatez



Nicolás Castro: Amenazar y hacer

Sobre el asunto de la sublimación y la inmediatez


Por : Martha Fajardo Valbuena



"Es imposible clavar un puñal en un pecho, porque antes hay que atravesar el espacio de la vacilación, y después el espacio del arrepentimiento, y después el cálculo de los efectos, y después el abismo que hay entre el pensamiento y la acción." Zenón de Elea







Me encantan los computadores, me gusta ver en la pantalla mis ideas escritas y cuando hago un poema me fascina poder ver cómo se vería su cuerpo. Porque los poemas tienen cuerpo y cuando uno hace uno le gusta que sea gordito o delgado, que tenga más o menos las mismas proporciones en cada verso o, lo contrario, que haya un verso muy corto, uno largo y otro medio, en fin. Así somos las personas llamadas “sensibles o creativas, o desocupadas”.



El correo electrónico me fascina porque puedo tener contacto con mis amigos, enviarles poemas, artículos que escribo, cuentos y reflexiones que voy encontrando. Rara vez envío forward porque me parecen lugares comunes. El chat me gusta pero poco porque soy siempre una desordenada al hablar, divago mucho, hago digresiones y entonces chatear conmigo es una tortura. Pero me emociona saber que puedo hablar con alguien al otro lado del mundo. No me gustan las cámaras pero cuando he podido hablar por cámara también me ha parecido emocionante. Ni qué decir de los blogs y del facebook, todos espacios que uso, con medida, porque yo no tengo 600 amigos, sino solo 20 0 23 que son mi familia y mis amigos de veras con quienes compartimos ideas y fotos y estados de ánimo.



Sin embargo, no soy fanática ciega de la red. Sobre tod,o porque se que en ella la privacidad es una utopía. Es decir, se que cada cosa que escriba en ella puede ser vista y revisada .La transparencia en la red es la orden del día, algo así como las casas de Orwell en las que nada está oculto. Por internet he expresado muchas veces mis opiniones contrarias a ciertas acciones del gobierno actual. El gobierno de Alvaro Uribe es un gobierno que, a mi parecer, es inconsecuente y mentiroso. Cada vez que me indigna algo escribo una nota o un artículo de opinión, lo pego en mi my espace o lo envió por correo a mis amigos. Por lo general, no insulto con groserías, lo mío es insultar con argumentos, es decir, demostrar que el otro está equivocado o se contradice, eso, a mi modo de ver es el más refinado de los insultos y tiene una ventaja: no provoca resentimiento en el adversario porque este queda en situación de debilidad y , a veces, de vergüenza.



Dicen los psicólogos que uno se la pasa sublimando, es decir, cuando uno no puede hacer algo que desea lo convierte en otra cosa pero creativa. Por ejemplo si uno no puede obtener el amor de alguien entonces hace un poema, escribe un cuento o compone una canción. “amé ardientemente a una persona y no fui correspondido, no obstante, ese amor ha inspirado estas líneas” dice Withman en uno de sus poemas y es cierto, al menos lo es para alguien que vive en el mundo de la creatividad. De la ira, la decepción, la frustración y el desencanto han surgido geniales obras de arte. Los que conocemos el “Guernica” de Picasso sabemos que ese pueblo y ese evento de guerra que generó ese cuadro fragmentado en el que todo está mutilado ya habrá curado sus heridas, pero la indignidad y el horror de la guerra quedaron plasmados en la obra del español y eso es casi eterno.



Recuerdo a Paul Eluard y su poema Liberté.("Por el pájaro enjaulado,por el pez enla pecera por mi amigo que está preso porque ha dicho lo que piensa...") Claro que digo "recuerdo" aunque yo no haya vivido el momento en el que se lanzaba este poema desde los aviones sobre la París ocupada. Lo recuerdo porque lo he leído, lo he cantado en la voz de Nacha Guevara y en mi voz en la ducha. Los momentos de la ocupación nazi fueron de gran dolor para el mundo, como los momentos que generan todas las guerras de lado y lado entre las poblaciones civiles.



Me pongo a pensar qué habría pasado si Withman, Picasso, Eluard y muchos otros se hubiesen dedicado a insultar a aquellos contra los que escribieron y pintaron. Si en vez del pincel o las rimas hubieran utilizado exclusivamente la grosería o la amenaza. Tal vez los habrían matado o reprimido o ignorado o catalogado de inmaduros y mal educados. Lo crucial de las respuestas de estos hombres fue que hicieron, con su frustración y su dolor, arte, arte que reclama y que es testimonio: arte sublimado.



Frente a las situaciones que nos indignan hay muchos caminos para responder. Eso depende del mismo medio en que estamos como de las disposiciones personales. Para algunas personas la situación es de tal frustración y dolor que no les queda más que quedarse calladas, entran en shock, no dan crédito a lo que pasa. Para otras, el camino es la indiferencia, no porque sean malas personas sino porque no quieren sentir dolor y se evaden, algunas otras sienten que no hay camino, que entre la agresión y la pasividad prefieren agredir y entonces maldicen, amenazan, blasfeman, insultan o van a acción. Estas personas tienen lo que, en psicología, se conoce como un problema de asertividad, porque no son capaces de hacer un reclamo o expresar una emoción de modo equilibrado y por eso agreden.



En mi trayectoria como maestra he encontrado que los colombianos tenemos graves problemas de asertividad, somos un pueblo que se auto censura. Ni tontos que fuéramos, la historia nos ha mostrado que hablar y opinar no es buen negocio en un país que no exilia sino que elimina a los que dicen de frente lo que piensan sobre los asuntos públicos. El caso de Jaime Garzón, o de tantos otros acallados por criticar, se convierte en explicación de por qué los colombianos evadimos decir lo que pensamos. Sin embargo, hay muchas personas jóvenes que quieren decir lo que opinan, para defender o para atacar lo que pasa políticamente en Colombia. Lo que veo es que continuamente estos jóvenes pierden la cabeza en los debates, se dejan llevar por la emoción, claro si hasta nuestro presidente lo hace. Porque nuestro país es un lugar en el que la política se rige por la emoción y no por la razón. Y, peor aún, se rige por el sentimiento inmediato y no por la sublimación.(se reacciona antes que responder) Sólo así me explico que un estudiante aventajado de artes plásticas haya escogido el camino de la amenaza y el insulto para hacer su protesta por la masacre del Salado y no haya hecho una obra plástica que nos dejara a todos sin palabras, consternados, tristes, indignados, culpables, silenciosos, reflexivos.



El problema de Nicolás Castro y por el que me preocupo personalmente es por su inconsecuencia. Me encantaría ver de qué modo este muchacho plasma su dolor frente a los eventos del salado, cómo los convierte en testimonio cultural, cómo logra dejar, para la historia, su grito de protesta .Espero que si lo encarcelan él tenga tiempo para convertir su dolor en arte y, si no, entonces que aproveche la fama para mostrarnos su talento y su aprendizaje. La obra de arte es producto de un pensamiento maduro y, seguramente, la experiencia de salir de la burbuja y entender este mundo de relaciones de poder y ejercicio de la fuerza generará en Nicolás lo necesario para hacer su mejor protesta.